viernes, 27 de noviembre de 2015

PROPUESTA DE SOLUCIÓN- ANA DIAZ

Realizada Por: Ana Yulieth Díaz Orozco
Código:           1065597213

INTRODUCCIÓN

La urbanización ‘Nando Marín', localizada en el suroccidente de la ciudad de Valledupar, cuenta con una connotación especial,  todos sus beneficiarios son familias en pobreza extrema, desplazados  y víctimas del conflicto armado, quienes tienen oportunidad de tener una vivienda propia totalmente subsidiada; sin embargo el proceso de adaptación a nuevos modelos de infraestructura habitacional, cultura, políticas, organización social, etc. no ha sido fácil y se evidencia dificultad de convivencia ciudadana, lo que pone en peligro la estabilidad de sus moradores, pese a la labor que adelantan psicólogas y personal especializado para que esas familias aprendan a convivir en áreas compartidas.  Pese a estas intervenciones la realidad que viven los habitantes de esta urbanización es compleja debido a la multicausalidad  de los factores de riesgo social, lo que todos esperan es que lo más pronto posible exista un clima de convivencia que les permita gozar de una calidad de vida integral. (EL PILON, 2014).
Por medio de este trabajo, se busca proponer una alternativa de solución a este dilema ético emitiendo un concepto individual y una discusión grupal basados en los referentes bibliográficos de las unidades del curso de ética, este documento muestra la estrategia con el cual puede minimizar los conflictos generados en esta problemática social.

PROBLEMÁTICA PLANTEADA:
Desacuerdos en la convivencia entre los moradores de la urbanización Hernando Marín debido a la poca adaptación a nuevos modelos de infraestructura habitacional, cultural, política y organización social
DIAGNOSTICO
La estructura o contexto social en el que se desenvuelven la gran mayoría de estas familias, está supeditada a situaciones de nivel de escolaridad, acceso a recursos económicos dignos, conflictos de violencia, entre otros, lo que ha generado que el dinamismo en la práctica de los valores sea reducida y la existencia de conflictos de convivencia alarmantes.
La urbanización Nando Marín no es ajena a este tipo de problemáticas, debido a que en ella se desarrollan diversas condiciones sociales y económicas que de alguna manera u otra influyen en el bienestar vecinal de dicha población
ALTERNATIVA DE SOLUCIÓN
Nombre de la propuesta: Mediación comunitaria para conflictos vecinales
El ámbito de las relaciones vecinales suele ser cuna de desavenencias de todo tipo: ruidos, humos, uso privado del espacio comunitario, desatención de espacios comunes o morosidad, son algunos ejemplos de situaciones problemáticas habituales de las comunidades de propietarios/as que, de no resolverse por sí mismos, por la comunidad, o con la intervención del administrador/a, suelen derivan en largos y costosos procesos judiciales. Teniendo en cuenta, no solo la situación de crisis económica actual, sino el malestar que generan este tipo de actitudes y comportamientos en la convivencia diaria, la búsqueda de alternativas que permitan gestionar de manera eficiente los conflictos vecinales es más que necesaria.
En este sentido, la mediación comunitaria se presenta ante nosotros/as como un método alternativo de resolución de conflictos que puedan llegar a surgir entre personas que conviven diariamente, y más concretamente, entre vecinos/as de una Comunidad de propietarios/as, donde un tercero imparcial conocido como mediador/a asistirá a las partes en conflicto, asistiéndolas en sus comunicaciones para que por sí mismas traten de encontrar soluciones mutuamente satisfactorias.
La mediación comunitaria representa una alternativa altamente eficiente, pues no solo permite un ahorro de tiempo y de dinero respecto de la vía judicial, sino que además contribuye a la eficacia de los acuerdos que las partes alcancen durante su procedimiento, así como también a una mejora de sus relaciones en el futuro. Esto es debido, principalmente, a dos aspectos fundamentales que caracterizan su procedimiento:
En primer lugar, la mediación es voluntaria, es decir, las partes acuden y permanecen en ella voluntariamente, siendo dicho carácter voluntario algo que contribuye enormemente al efectivo  cumplimiento de los acuerdos alcanzados por éstas durante la misma. En segundo lugar, la mediación es económica, puesto que no requiere contratar ni abogado, ni procurador, ni requiere  un conocimiento específico. El mediador o mediadora, que puede tener formación académica en varias disciplinas, participa como facilitador de la comunicación entre las partes y, empleando determinadas herramientas tratará de gestionar el conflicto asistiendo a las partes en sus comunicaciones para que siempre por sí mismas traten de solucionar sus diferencias.
En la mediación y su aplicación en el ámbito de las relaciones vecinales, la intervención del administrador o administradora durante la sesión informativa resulta en muchos casos fundamental, puesto que complementa la función del mediador/a contribuyendo a un mejor entendimiento de los intereses y necesidades diarias de la comunidad de propietarios, de las partes, así como en afianzar la confianza en estos profesionales, y de ellos mismos, en que el uso de la mediación aporta un valor añadido a su cometido.
La efectividad de la mediación en el ámbito comunitario está más que probada: ocho de cada diez casos de mediación vecinal acaban en un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
Por tanto, ante una incipiente necesidad de evitar largos y costosos enfrentamientos ante los tribunales que debiliten las relaciones entre personas que integran una misma comunidad de propietarios/as, la mediación se presenta como una alternativa eficaz y flexible que ofrece a las partes un espacio de diálogo a través del cual gestionar sus diferencias y, de forma pacífica, tratar de encontrar soluciones que contribuyan a mejorar la convivencia diaria.
OBJETIVOS
La mediación comunitaria persigue:
ü  Facilitar el reconocimiento mutuo de las partes en conflicto y la legitimidad de todos los intereses y todas las aportaciones.
ü  Garantizar y respetar la voluntariedad de las partes, tanto en la aceptación como en la continuidad del proceso.
ü  Velar porque todas las partes sean iguales (es lo que se denomina horizontalidad en el proceso).
ü  Utilizar los recursos de forma sostenible. Para la resolución del conflicto se utilizarán los recursos de que dispone la comunidad, de forma que se aproxime a acuerdos reales y posibles.

ü  Asegurar la legitimidad y competencia de las personas mediadoras. Ello redundará en el éxito de la mediación comunitaria.

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